¿Sabes? Hace falta más alegría en el mundo. Hacen falta más sonrisas. Ser positivos y mirar al mundo con la cabeza alta, con decisión.
Pero claro, poca gente está dispuesta a eso. Poca gente tiene esperanza, fuerza y coraje. Ya casi nadie ríe, casi nadie llora. Sólo nos dejamos llevar. Pasamos arrastrándonos por la vida. Dejando una huella incierta que se borra con un leve soplido.
Hace falta más alegría. Alegría para trabajar, para salir, para subir y para bajar. Alegría para conquistar, para ser conquistado.
Para que cuando yo tenga frío, tú puedas taparme. Y viceversa. Y que con tu calor y con el mío, el frío se disperse.
Pero para eso, amigo, queda demasiado.