martes, 24 de junio de 2008

Incertidumbre


Cuando el alma pende de un hilo y la calma es un estanque de aguas turbias.
Cuando el futuro se asemeja a las noches nebulosas, cargadas de humo y desconcierto.
Quizá, la incertidumbre sea más que eso. Una fuerza que te empuja a actuar.
El nudo del estómago que te está diciendo: ¡Ya!
El querer y no poder y después no querer, pero saber que puedes.
Incierto, inseguro e indirecto.
Albergando pues, una sóla esperanza: que venga lo que sea, pero que sea bueno. Y que venga.
Y decir adiós a tantas cosas, aunque realmente, sólo es un "hastaluego"
Incierto, inseguro e indirecto.
Porque la seguridad no se encuentra fácilmente, se crea después de la exploración y el conociemiento.
Porque las cosas "directas" no son tan bellas, no se aprecian realmente.

Los nervios. La inquietud del sueño. El despertar y no saber cómo ni dónde. Ni qué vendrá mañana, ni luego.
La esclavitud del hombre, y a la vez su liberación.
La vida, al fin y al cabo.
Incierto, seguro,
futuro desierto.

jueves, 5 de junio de 2008

Mediocridad

Según la RAE, la mediocridad es la "cualidad de mediocre". Y si buscamos lo que significa mediocre nos dice que "de calidad media" o "de poco mérito, tirando a malo".
Ahí está. Tirando a malo. Y de poco mérito. Y de calidad media. Digamos que "normalujo".
¿A dónde va uno con ese atributo? Porque, ¿de qué te sirve saber hacer muchas cosas si no eres realmente bueno en nada?

Yo me lo pregunto día sí y día no.
El miedo a la mediocridad es casi tan abrumador como el miedo al fracaso.

Foto para "In-soportable.sl"

martes, 3 de junio de 2008

Paradojas sexistas

La primera vez que supe que fue una mujer la que introdujo la apelación sexual como reclamo motivador en la publicidad no pude menos que soltar una risilla y pensar: qué paradoja.
Y es que, mientras en la actualidad la publicidad se ve censurada por las protestas que millones de mujeres hacen ante los estereotipos sexistas que nos muestran como objetos entre otras cosas, históricamente inició esta guerra una de nosotras.
Helen Landsdowne Resor, introdujo el "gancho sexual" como reclamo a la hora de argumentar las ventajas del producto, junto a Walter Thompson. Idea que sigue usándose y llevándose a extremos que degradan a la mujer totalmente.
Por aquí se nos habla de una de las campañas de estos autores, para el jabón cosmético Woodbury, y para el que tenga ganas, puede empaparse de una forma resumida de la historia de la publicidad.
En cualquier caso... no deja de sorprender las vueltas que da la vida. ¿Se imaginaría la señora Landsdowne hasta dónde llegaría su idea?¿La hubiera modificado en el caso de saber las revueltas que causaría? Sinceramente, no lo creo, y sobre todo teniendo en cuenta que, si no se le hubiera ocurrido a ella, tarde o temprano se le habría ocurrido a otro.