jueves, 7 de abril de 2011
Sentido del humor
viernes, 1 de abril de 2011
El frío.
Ahora, las calles se llenan de mangas cortas, de escotes y de pantorrillas peludas. Si sacas la cámara y sales a pasear, podrás encontrar a señoras abanicándose, a jóvenes en los bancos de los parques que beben, charlan y se besan. Podrás capturar los últimos rayos de sol en un atardecer casi veraniego y con todo esto reunido, quizá consigas hacer llegar a la persona que está al otro lado de tu pantalla, un poquito de ese calor que te abraza.
Pero el frío es diferente. No hace falta que nieve o que llevemos jerseys de cuello alto. El frío está en una habitación vacía, en una mirada perdida. Y aunque no sea necesario hacerlo explícito, en ocasiones puede ayudar a sorprender al espectador.
En esta serie de Mikko Lagerstedt hay nieve y soledad. Hay paisajes y sol de invierno. Luces nocturnas, cables, árboles que parecen sacados de una maqueta. Finlandia, supongo, es así. Porque si investigas un poco más y visitas su portfolio, encuentras naturaleza en estado puro, con sus verdes y sus morados, en paletas que más que fotografías acaban siendo puras ilustraciones.
lunes, 21 de marzo de 2011
Un trocito de Kentucky
martes, 15 de marzo de 2011
Autorretrato
Si hay algo que podremos encontrar en todo portfolio, en cualquier proyecto de este mar de fotos que copa la red, son los autorretratos. Supongo que algunos fueron al Mierdamark, vieron una reflex en oferta, la compraron y una vez en casa pensaron: "ahora que tengo una cámara... ¿qué hago?"; y como lo más cercano que tenemos es nuestra cara, empezaron por ahí. De las fotos de "pies" hablamos otro día.
También imagino que, en la búsqueda de un "Yo" más satisfactorio que el que nos devuelve el espejo cada día, muchos y muchas empezaron a jugar con las luces y las sombras, con las muecas y las poses, dando lugar a una cantidad de autoimágenes en la que la media de belleza mundial se eleva al cubo o más.
Quizá también, y por no ser malpensada, existen unos pocos que lo que buscan es encontrarse, bonitos o feos. Saber quiénes son. Ver las huellas que el tiempo deja en su rostro. Abrirse al dolor y a la alegría y conocerse en cualquier caso. Sé de grandes artistas que han hecho esto y, lo más triste de mi cabeza, es que apenas puedo recordar el nombre de uno (refiriéndome a fotógrafos, por supuesto, que pintores ya indagaron en este género desde hace muchos siglos). De lo que sí me acuerdo, es de un vídeo de Alberto García-Álix, que encontré hace poco y que responde a esta cuestión.
viernes, 4 de marzo de 2011
Los secretos de Australia
Cut Copy - "Need You Now" from stereogum on Vimeo.
lunes, 10 de enero de 2011
Trampas.
Hacer trampas es legítimo. Si no te pillan, claro. Si haces trampas y te pillan nunca te volverán a mirar igual. Todos pensarán que no eres de fiar, que no se puede hacer nada contigo y dejarán de llamarte para jugar al póker, al “pistionary” o a las canicas.
A lo largo de estos años, he conocido a gente que piensa que retocar una foto es como hacer trampas. Supongamos que ser un buen fotógrafo sólo consiste en acertar con el encuadre, en encontrar ese instante decisivo, y que cualquier cosa que se aleje de eso no es profesional. Yo discrepo.
Para mí, el retoque es un arte en sí. Conocer los niveles, las luces… manipular los originales y llevar a un nivel superior una imagen. Llevarla al lugar donde la fotografía se funde con la pintura y se entremezclan para darnos un resultado extraordinariamente bello.
Vale, a veces me excedo con los calificativos, pero hoy quiero dar a conocer a un fotógrafo asentado en Baltimore que ama, que odia, que camina… y que retoca sus fotos, sin llegar al exceso. Quedándose en el punto medio en el que lo irreal llama a la puerta de esta realidad nuestra, a veces tan gris y a veces tan llena decolor. Así lo hace Patrick Joust.